NOVIEMBRE EN LETRA PEQUEÑA

Miguel Ángel Carmona dedica las mañanas a su trabajo en las oficinas del SEXPE. Por las tardes dirige los talleres de escritura del CELARD en Badajoz y al menos un día a la semana va al hospital a contar cuentos a los niños enfermos de leucemia. El otro día asistí como invitado a la inauguración de uno de sus cursos. Se habló del poder del símbolo, de metáforas, de literatura y vida. Congregó a ilustradores, dramaturgos, narradores, editores y enamorados de la palabra escrita en general, sin más medios que su entusiasmo. Pura vocación.


Eso fue a principios de mes. Una semana después se presentó en Almendralejo Un día sin comienzo del novelista extremeño Alonso Guerrero, retrato colectivo sobre los atentados del 11M. Una novela que pretende ser realista pero que no puede serlo porque la realidad no tiene ni de lejos los recursos líricos que gasta nuestro escritor. Admiro a Alonso porque siendo acaso el más dotado de su generación, y teniéndolo todo de cara para entrar en el mercado de superventas, no renuncia a su voz ni a su estilo. El libro lo edita De la luna libros, de Mérida, que ha hecho un trabajo editorial delicado, elegante, poniendo mimo en los detalles, que es justo lo que hacen quienes en su trabajo ponen la mira en la exigencia más que en el lucro.

Apenas unos días más tarde se cerró en Zafra la tercera edición del festival Quién Necesita Broadway, un homenaje al teatro musical que se ha sacado de la manga María José Pámpano, una mujer que canta, escribe, baila, llena de talento y de paradojas, que sabiendo hacer de todo, y hacerlo todo muy bien, se pasa la mitad del año en desempleo, como no puede ser de otro modo siendo joven, preparada, española y extremeña.

Este martes tocó cine. Asistí a uno de los pases del Festival de Cine Inédito de Mérida, que es otro de esos pequeños milagros que produce la gente que piensa más en el afán de servir que en el de ser servido. La película que se proyectaba, una tragicomedia hebrea en versión original subtitula, a pesar de lo cual la sala estaba a rebosar. Por fortuna, no todo el mundo baila al ritmo de los cuarenta principales. Es verdad que parte del éxito hay que achacarlo a que antes de la proyección se pasaba Genti di Muerti, el cortometraje extremeño seleccionado para el Festival de Cine Fantástico de Sitges. La historia de Genti di Muerti puede resultar algo ingenua, como corresponde a un relato visto con los ojos de un niño, pero la ejecución a cargo de la productora The Glow es de una calidad sin resquicios.

Son pequeñas historias de un noviembre en Extremadura. El día de mañana, cuando alguien tire de hemeroteca, se encontrará con un noviembre infectado de titulares acerca de corruptos, ministros que dimiten, duquesas que se van al cielo y gente con guiones entre apellidos que van a la cárcel. Y acaso este hipotético lector se pregunte cómo fue posible que el sistema no se viniera abajo con representantes así. Y es que los titulares engañan. Apuntan a los representantes equivocados. 


Publicado en el diario HOY el sábado 29 de noviembre del 2014 

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