LIN YUTANG: LA IMPORTANCIA DE VIVIR

 

LIN YUTANG: LA IMPORTANCIA DE VIVIR.
Traducción: Román A. Jiménez
Edhasa. 1989
Este uno de mis libros de cabecera. Quizá de los que más veces he leído en mi vida. Escrito por un chino-americano en 1933, es tan actual, tan moderno y tan antiguo a la vez que en más de una ocasión te parece escrito por un sabio de la antigüedad mientras que otras de sus crónicas y reflexiones parecen sacada de un periódico del día, como todo libro clásico. Su lectura irradia optimismo y ansias por vivir. Mientras Lin Yutang escribe estas páginas, en Europa triunfa Hitler, Mussolini, Stalin, etc. El supo ver el horror al que se encaminaba el mundo y escribió páginas llenas de luz, a las que nadie hizo caso.
Yo dejo, para el que le interese, alguna de sus reflexiones. Los titulares son míos; el resto, todo del maestro.
1.-La poesía nace del contacto humano, es decir, del despiojo:
No me cabe la duda de que la poesía lírica no se habría producido si nuestros peludos antepasados humanos no hubiesen tenido piojos en el cuerpo. Esto, pues, debe de haber contribuido considerablemente a desarrollar el instinto humano”. página 83
2.-Se adelantó a Desmond Morris y su Mono desnudo en la idea de que en la evolución humana el sexo jugó un papel primordial:
La sociedad humana se desarrolló por el solo hecho de que el sexo, en el más amplio sentido de la palabra, empezó a dar color a la diaria vida humana. La especialización entre hombres y mujeres en el sentido civilizado empezó a desarrollarse, y la hembra, en lugar del macho tradicional, comenzó a adornarse, probablemente por el simple sistema de quitarse cabello de la cara y del pecho. Todo era cuestión de tácticas de supervivencia. El amor o la belleza y la dulce astucia de la feminidad tuvo entonces un valor de supervivencia. El hombre tenía probablemente un brazo más fuerte, y de nada servía pelear con él; por lo tanto, ¿por qué no sobornarlo, y halagarlo, y comprenderlo? Este es el carácter mismo de nuestra civilización, aun hoy. En lugar de aprender a rechazar y atacar, la mujer aprendió a atraer, y en lugar de tratar de alcanzar su meta por la fuerza, trató en lo que pudo de alcanzarla por medios más suaves. Al fin y al cabo, la suavidad es civilización. Creo, pues, que la civilización humana comenzó con la mujer más que con el hombre. Página 84
3.- El sueño de un alma inmortal convierte en pesadilla la vida en la tierra:
El sueño de la inmortalidad es enteramente humano –nótese su universalidad- aunque es vago como el resto, y pocas personas saben qué van a hacer cuando se encuentren con la eternidad pendiente de las manos. Al fin y al cabo, el deseo de inmortalidad es muy parecido a la psicología del suicido, su exacta oposición. Ambos presumen que el mundo presente no es bastante bueno para nosotros. página 91
4.- Mundo ideal: el mundo del diálogo y la razón:
El mundo ideal para la humanidad no será un mundo racional, ni un mundo perfecto en sentido alguno, sino un mundo en que se perciban con certeza las imperfecciones y se resuelvan razonablemente las disputas. página 94
5.- Imposible que haya un buen gobierno donde no hay educación para los gobernados:
En todo este movedizo panorama de la historia humana sólo veo cambios determinados por la elección díscola, incalculable e impredecible, propia del hombre.
En ese sentido, el confucianismo conectó la cuestión de la paz mundial con el cultivo de nuestras vidas personales. La primerísima lección que, según han decidido los estudiosos confucianistas desde la dinastía Sung, deben aprender los niños en la escuela, contiene este pasaje:
el pueblo antiguo que deseaba tener una clara armonía moral en el mundo, ordenaba primero su vida nacional, los que deseaban ordenar su vida nacional regulaban primero su vida familiar; los que deseaban regular su vida familiar cultivaban primero sus vidas personales; los que deseaban cultivar su vidas personales enderezaban primero sus corazones; quienes deseaban enderezar sus corazones hacían primero sinceras sus voluntades, los que deseaban hacer sinceras sus voluntades llegaban primero a la comprensión; la comprensión proviene de la exploración del conocimiento de las cosas. Cuando se gana el conocimiento de las cosas se logra la comprensión; cuando se gana la comprensión la voluntad es sincera; cuando la voluntad es sincera, el corazón se endereza; cuando el corazón se endereza, se cultiva la vida personal; cuando la vida personal se cultiva, se regula la vida familiar; cuando se regula la vida familiar, la vida nacional es ordenada, y cuando la vida nacional es ordenada, el mundo está en paz. Desde el Emperador hasta el hombre común, el cultivo de la vida personal es el cimiento para todo. Es imposible que cuando los cimientos no están en orden se halle en orden la superestructura. Jamás ha habido un árbol de tronco delgado cuyas ramas superiores sean pesadas y fuertes. Hay una causa y una secuencia en las cosas, y un comienzo y un fin en los asuntos humanos. Conocer el orden de precedencia es tener el comienzo de la sabiduría”. página 108

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